jueves, 24 de marzo de 2016

Echar mucho de menos a quien está a centímetros de ti.

Es duro echar de menos a las personas que quieres y no están. Pero, a día de hoy, califico como peor sensación, si cabe, echar de menos a una persona que está a centímetros de ti.
Eso ocurre cuando, algún día, la persona en cuestión significó demasiado para ti, dio sentido a gran parte de tu vida e incluso llegó un momento en el que no imaginabas un futuro en el que no estuviera, y entonces.. Se alejó. Algo pasó y todo se vino abajo.
Esa persona era la única con la que te sentías a salvo del resto del mundo. No es que fuera excesivamente fuerte -que también-, es que te daba fuerza, la necesaria para seguir y para enfrentar todo lo que llegara. Y ahora que sientes que le has perdido totalmente y para siempre vuelve todo eso que te hacía temblar, temblar de miedo y no de frío. Eso que hacía que se te erizara la piel cuando retumbaban miles de momentos en tu cabeza y chocaban unos con otros produciendo en tu mente miles de sensaciones contradictorias. Eso que llevabas tiempo sin experimentar, porque sólo se producía cuando sentías que se alejaba.
Otras veces has sentido ese miedo antes, pero no tan fuerte, no durante tanto tiempo, y no sin estar tan segura de que esa sensación ha venido para quedarse. Ahora es tiempo de acostumbrarse, como ya ha pasado en otras ocasiones, a ausencias, a intentos fallidos, a caídas, a echar de menos...
Después de tanto tiempo, de haber alcanzado el momento en el que era inimaginable un futuro sin esa persona; de tanto compartido; después de tantos miles de momentos, sin duda todos memorables; de tantas, tantísimas palabras; de detalles, siempre pequeños detalles que marcaban la diferencia.. Es imposible que sitios, canciones, olores, situaciones, no me traigan su cara o su voz a la mente. Y eso es lo verdaderamente jodido, tenerle sólo en tu mente sabiendo que, ya de forma definitiva, no podrás volver a disfrutar de todo eso. Todo lo que abundaba en el tiempo en el que la felicidad se medía en mordiscos.

lunes, 28 de diciembre de 2015

Balance de este nefasto 2015.

Y por fin... Toca poner fin a este 2015, bautizado oficialmente como "año de las pérdidas". Se concentra demasiado en ese sobrenombre que ha adquirido a base de golpes, nunca mejor dicho, pero no es fácil digerir todo lo que ha pasado en estos 365 días.
Después de todo, es culpa mía. Si, porque al empezar el período ya pedí alguna de esas veces que me puse a escribir "que el año viniera cargado de momentos para afrontar, que lo tenía todo lo necesario para superar cualquier cosa que llegara..." Y claro, no tuve en cuenta que perder todo eso que me daba fuerza para afrontar todos los momentos, tanto buenos como malos, podría ser el momento para afrontar en si. 2015, te felicito. Has cumplido esa petición con creces, y has ganado.
"12 meses", se dice pronto.. Pero se me han hecho eternos. Todo empezó en febrero, perdiendo a mamá... Entonces ahí cayó todo en picado... Caí yo, con la consecuencia de no poder sostener nada más, y cayó todo lo que me rodeaba, los pilares que más me sostenían.. Lo que formaba mi mundo en si.
Sin mamá me ha tocado darme cuenta de todo lo que aprendí de ella sin ser consciente: que hay palabras que nunca se olvidan, ni expresiones, ni voces, ni olores... Que pase lo que pase, la unión siempre hace la fuerza, y que por supuesto ésta se hereda, y no me cabe duda al mirar a la abuela o haber tenido la suerte de haber sido criada por mamá; que hay momentos que dan vida, aunque duren segundos; que una risa puede seguir sonando en la cabeza aunque hayan pasado hasta 10 meses desde la última vez que se tuvo la suerte de oírla... Pero sobretodo, sé que de ella aprendí a valorar todo lo que me rodea, a cuidar todo lo que me hace bien, y a dar, siempre dar, a quienes dan luz a mi vida o quizás no tanto, pero nunca pedir nada a cambio.
Por otro lado, también he aprendido que hay cosas que simplemente acaban y da igual lo grandes que fueran. Les pasa como a lo meteoritos: Son gigantes, pero se desintegran poco a poco con la velocidad o, en este caso, la intensidad de las cosas. Y será eso, todo era demasiado intenso. Llega un punto en el que no se necesita decir "adiós" para saber que se acabó, simplemente se entiende que tan difícil es decir adiós cuando quieres que se queden, como pedirles que se queden cuando sabes de sobra que se quieren ir. Entonces todo termina, y el mundo sigue girando como si nada hubiese pasado. Y luego estoy yo, de suelo del meteorito, recibiendo íntegramente todas sus consecuencias, y siendo a la vez el viento que choca constantemente contra él, culpable de su desintegración, tanto como lo son los factores que lo componen.
Finalmente, este año me ha enseñado también muchas cosas, ya que dicen que se aprende a base de golpes. He aprendido que en un año las cosas pueden dar un giro de 360 y hasta de 780 grados si es necesario; que de donde no hay no se puede sacar; que ser sincero es lo más importante, ya que con la mentira, además de hacer daño, no se llega a ningún sitio; que puede llegar un punto en el que nada aporte ilusión ni sentido a tu vida, pero se sigue viviendo igual, y que en eso consiste la vida, en seguir; y por supuesto, he aprendido que no todos los años se puede ganar.
No le pediré nada al 2016, no volveré a caer, me conformo con la estabilidad aunque implique rutina. Feliz año nuevo, toca seguir...

lunes, 14 de diciembre de 2015

Otra navidad de ausencias.

Se acerca... Otra vez llegan esos días en los que sería perfecto tener aquí al pequeño, disfrutando de lo que a él más le gustaba: La familia. El cuarto año sin él correteando por casa de la abuela y, este año, el primero sin tener a mi reina presidiendo la mesa.
Es increíble ver cómo ha cambiado todo en menos de un año. Ya nos faltaba el mocoso, y estar sentados alrededor de una mesa sin que él pusiera la melodía de fondo con sus voces, gritos y carreras, demostrando que era feliz así, con la familia unida, esperando a que llegaran los regalos que por ser el niño más bueno que pisaba la tierra se había ganado... Que nos faltara eso ya era una tarea demasiado difícil para los que basábamos el hecho de ser felices en verle la carita.
Odiar la navidad es algo demasiado feo, pero es algo justificado cuando además del príncipe, en esa mesa falta mamá. Hace sólo un año ella estaba allí, presidiendo la mesa, rodeada de todos los que aprendíamos de ella día a día lecciones como que ser fuerte es la única opción, que rendirse no está permitido, y que ella, sólo ella, era capaz de arreglar todo lo que hiciera que faltara una sonrisa en nuestra cara. Hace sólo un año ella consiguió, por tercer año consecutivo, unirnos cuando la navidad ya había perdido el sentido por la ausencia del pequeño, meterse en esa cocina que consideraba su paraíso personal para volver a demostrar que como su comida no hay nada, y olvidarse un poco de todos los dolores para pasar una noche en familia, como le gustaría al mocoso. Hace sólo un año tenía conmigo todo lo que se puede desear, los besos, abrazos y palabras perfectas en el momento indicado de quien siempre, siempre, siempre, me tuvo sujeto el brazo para que no cayera: Mamá.
El mejor regalo de reyes, sin darme cuenta, era poder disfrutar de ella y del privilegio de tener a alguien así como referente, de quien aprender tantas cosas que a día de hoy han quedado en el tintero. Este año no quiero regalos, ni desear cosas imposibles. Me basta con tener a mi reina como modelo a seguir, su increíble fortaleza y su "no rendirse" como lección de vida.
No quiero navidad sin vosotros, ángeles... Esa mesa ya está demasiado incompleta. Ojalá estuvierais aquí para que todo volviera a ser normal... Espero que tengáis todo vuestro cielo revolucionado y enseñéis allí arriba lo que es una navidad de verdad, sois expertos. Todo eso que nos falta aquí abajo.
No imagináis cuánto os echo de menos, os quiero.

martes, 30 de diciembre de 2014

Hagamos balance de este 2014..

2014.. Este sin duda ha sido mi año. Ya se acaba, y la verdad es que a 29 de diciembre estoy totalmente segura de que aún teniendo todo lo necesario para conseguirlo, me va a costar mucho superar todo lo vivido durante estos 365 días..
Lo perdido no importa en absoluto, pero lo que he ganado.. Lo que he ganado es totalmente inexpresable. Desde que este año empezó ya se notaba, que se estaba configurando algo que iba a ser muy grande, y lo corroboro; lo corroboro totalmente en tres palabras: "Locas del coño". Ellas han sido las piezas clave de este período tan perfecto. Intentar contar todo sería imposible, porque entre la infinidad de momentos compartidos y las miles de sensaciones experimentadas no soy capaz de sacar nada de la categoría de extraordinario. Juntas hemos podido con todo, desde ese segundo de bachillerato que nos hemos comido, hasta selectividad y la larga espera de las resultas que poco más tarde nos repartió por toda Andalucía sin saber que las ganas de vernos son mucho mayores que todos los kilómetros que haya de por medio. Por supuesto, cabe destacar que también hemos sabido llevar adelante sin problema cada sábado nuestro de cube, cada feria de este verano sin quitar ni siquiera una, cada fiesta, quedadas de piscina, tardes de charla infinita y cotilleos.. Capaces de apoderarnos de cualquier canción, de hacermos conocer por DJs, de no parar.. Sabiendo estar en las buenas y en las malas.
Yo, personalmente, con ustedes tengo todo lo que necesito, sois lo que cualquier persona sueña poder tener cerca, el sueño de cualquiera, y yo lo tengo.. ¿Suerte? Por supuesto, muchísima. No lo dudo. Pero prometo que lo voy a cuidar como a nada. Sois mi otra familia, esa que se elige, la que a mi me ha dado la certeza de que a elegir bien no me gana nadie.
Este 2014 me ha dado la posibilidad de ganar muchísimo con estas personas a mi lado y me ha enseñado, junto con ellas, a valorar pequeños detalles que parecían insignificantes, a disfrutar cada momento como si no hubiera mañana, que la unión hace la fuerza y que no hay nada mejor que aprovechar una ocasión en la que podamos estar todas.
Este año también me ha traído lo que a día de hoy es lo más importante de mi vida, mi Andrea, que siendo tan pequeña ya ha sido capaz de dar otro color a la vida de quienes la rodean, y se ha encargado de poner otra música, otra melodía de fondo a cada instante, cambiando silencios por sonrisas y ratos de tele por gritos buscando atención. Este 2014 me ha seguido mostrando lo importante que es la familia, lo de dentro, lo efímero que puede llegar a ser el tiempo, y la intensidad con la que ocurre todo si pones atención. Ha traído consigo momentos que me han hecho darme cuenta de que la familia es la que siempre va a estar ahí para apoyarte, que no te va a faltar sea del color que sea el panorama en ese momento, que si todo pinta muy negro más cal ponen, y que si el cielo está claro aprovecharemos cada instante.
Por supuesto, en este año ha seguido faltando en mi vida mi pequeño, mi hermanito.. Sé que estará cerca de mi siempre, que me seguirá cuidando como hasta ahora desde donde esté.. Yo seguiré echándole de menos sin que falte su recuerdo ni siquiera un día y queriéndole como a nadie..
2014, gracias por haberme dado tanto, por todo lo que has puesto en mi camino e incluso por lo que has quitado del mismo. Todo lo vivido durante estos 12 meses tengo más que seguro que no podré olvidarlo nunca.
2015.. Prepárate, que seguiremos improvisando como hasta ahora.. Y sobre todo, pórtate, como mínimo, igual de bien que el anterior.
Por último, como deseo para este nuevo año, quiero que todo lo que he ganado en estos 365 días no me falte nunca, son pilares fundamentales, esenciales, imprescindibles..
¡Feliz año nuevo! A disfrutar..

miércoles, 10 de diciembre de 2014

El ying y el yang.

Momentos. Instantes. Lugares para recapacitar, y darte cuenta de que tienes dos factores. Uno a la izquierda, otro a la derecha. El ying y el yang. El bien y el mal. El que te dice para, y te hace ir frenando, ir más despacio, querer detenerte; y el que te hace pisar a fondo, no querer parar, seguir hasta el final, aun sabiendo que vas a caer al precipicio..
El primero te hace pensar dos veces, valorar más las cosas, y valorarte.. El segundo te obliga a dejarte llevar, a guiarte por impulsos, y vivir según lo que vas sintiendo.. El primero se aleja de tu propia autodestrucción, y tú sigues ahí, con el segundo, con ese yang, ese mal que te autodestruye, que te hace caer por el precipicio, que conforma ese bloque con el que no paras de chocar.. El primero siempre te cuidaría, siempre te pararía.. Siempre y cuando no llevaras tu fuerza sumada al impulso del segundo.. Puede que sea demasiado..
"Que yo me pongo a pensar, si hacerle caso al dolor o a cualquier pensamiento fugaz orbitando a mi alrededor, para bien o para mal, esa es siempre la cuestión que no puedo contestar, que no tiene solución.."

lunes, 24 de noviembre de 2014

Huracanes.

Por los días que marcan, las personas que están detrás de ellos, y los momentos que nos dejan sin aliento. Y también por esas noches de insomnio, esas en las que lo que tienes dentro es mucho más grande que el sueño, que no puedes dormir de tantas emociones que quedan por soltar.. Será porque tengo toda la razón cuando digo que siempre vamos dejando huella, que pasemos por donde pasemos, se nota en el camino. Pero más razón tengo aún cuando digo que en realidad son los huracanes los que lo cambian todo.. Y entonces, toca brindar por esas personas que pasan arrasando, esas que son huracanes, porque es ahí cuando yo me considero camino, y no huracán.. Brindemos por esas personas que lo cambian todo, que de verdad si que dejan huella por donde quiera que van pasando, y huella de las que no se borran fácilmente.. Brindemos por ser camino, y tener el privilegio de estar marcados por personas que arrasan con todo, porque para bien o para mal, se llevan lo que había, y traen algo nuevo que promete ser devastador, de una forma o de otra.

viernes, 19 de septiembre de 2014

Nueva etapa. Universitarias. Os voy a echar de menos.

Se acerca el domingo, chicas.. Si, da comienzo una nueva etapa y queremos descubrir todo lo que viene con ella, cambiar de aires, salir de casa e independizarnos un poco.. Yo no quiero irme, no quiero todo eso.. Este verano ha sido increíble, ha sido El Verano, y todo gracias a ustedes, señoras.. Gracias por tanto, todas esas fiestas, esas ferias, eso de cuidar o intentar cuidar unas de otras en cada una de ellas.. Todo eso es lo que quiero, un verano permanente, juntas, no cada una en una punta de Andalucía..
Y es que creo que mientras vivíamos este verano no nos hemos dado cuenta de lo que teníamos entre las manos, de lo gigante que se ha ido haciendo "Summer 2014", y todo lo que ha traído consigo.. Todo ha crecido tanto, y no me refiero en número, sino en importancia. Sois muy importantes, demasiado diría yo.
Creo que no sois conscientes de todo lo que os voy a echar de menos y de lo necesario que se me va a hacer veros todos los días o casi todos, pegarnos una fiesta cada finde o simplemente quedar para charlar y comentar las ferias rellenando lagunas mentales.. Todo eso es imprescindible. Ustedes sois imprescindibles.
Esto de estar lejos va a tener una consecuencia, que va a repercutir totalmente en Cube cuando volvamos todas con más ganas de vernos que nunca, para liarla y beber juntas, de modo que la gente vuelva a decir.. "chicas, es que estáis en un plan.." Si, si.. Pero juntas al fin y al cabo.
No sé si este verano ha sido lo que yo quería, sólo sé que se pasa de largo si lo comparo a lo que esperaba o imaginaba, y si ha sido un error, "ha sido divertido, me equivocaría otra vez.."
No quiero que esto acabe. Simplemente, sois demasiado grandes, demasiado especiales. Únicas. Se puede decir que la vida con ustedes cerca tiene otro color, un color especial.
Dicen que el hogar son las personas, no los sitios, y estando con ustedes me siento como en casa.
"Y si nos quedamos con las ganas ponme el sello en la mano, que vuelvo mañana, vuelvo mañana temprano.." Todo lo que quiero es que no dejemos de volver.. No me imagino una vida sin vosotras ni locuras de las nuestras, sois lo mejor que tengo.. Os quiero, peligrosas.
"Y hay caminos que hay que andar descalzo, ya no te preocupes más por mi, siempre me entra arena en los zapatos, esta vez me quedo aquí. Si te cabe el cielo en un abrazo siempre habrá una estrella para ti, si catorce vidas son dos gatos aún queda mucho por vivir.."
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miércoles, 13 de agosto de 2014

Dos años sin el pequeño.

13 de agosto. Ya han pasado dos años desde que el pequeño se fue, y la verdad, no han sido nada fáciles. Todo ha cambiado bastante desde que no está, y no para bien, seguro que a él no le gustaría ver cómo ha cambiado todo. Se puede decir que en estos dos años no he aceptado que se fue, pero si que he aprendido a no aceptarlo, a vivir con ello.
Le echo tantísimo de menos.. Sólo él ha sabido ser un hermano pequeño sin serlo realmente, y quererme como tal. Se me llenan los ojos de lágrimas al recordar todo lo vivido a su lado, todas las risas, todos los buenos momentos.. Tengo bastante claro que nunca voy a olvidar nada, desde sus cabreos cuando le hacía rabiar o le ganaba a la maquinita, hasta su risa sin fin cuando le hacía cosquillas..
He de decir que este pequeño ha sido lo mejor que he tenido en la vida, y que nunca habrá nada ni nadie de esa magnitud. Quiero, de nuevo, agradecerle, o intentar agradecerle todo lo que he aprendido de él, que para tener sólo ocho años, ocho años eternos, no ha sido poco. De él he aprendido cosas como sonreír ante todo, vivir cada día como si fuese el último, ponerle ganas a cada día, afrontar cada problema como si fuese diminuto, por muy grande que sea.. He visto como de su pequeña boquita salían consejos de viejo sabio, siendo un mocoso, y cómo al seguir esos consejos todo iba bien. Y he aprendido que hay que ser fuerte y valiente ante todas las circunstancias.
Por otro lado, he aprendido a correr un poco más, a pisar el gas a fondo, a no frenar nunca. A rescatar princesas de castillos virtuales, a saltar por encima de ladrillos y tortugas, y a disparar fuego. A adelantar a los contrincantes como si me fuera la vida en ello, y a derrapar.
Lo más valioso, es que él también me ha enseñado que la familia es lo más grande, lo más importante, que un beso y un "te quiero mucho" pueden marcar a alguien para siempre, y que una sonrisa vale más que cualquier tesoro, siendo él lo más valioso por no parar de sonreír y hacer que yo sonría.
Nunca dejará de ser mi pequeño, a quien se lo consentía todo, mi mocoso, mi gordito, mi príncipe valiente.. Mi hermano.. Él sabe que siempre ha sido y será lo mejor que he tenido. Desde siempre y para siempre. Te quiero hermano.

lunes, 7 de julio de 2014

Reflexión. Matando miedos y creando corazas.

Buscar las canciones perfectas para que mis pensamientos no vuelen muy lejos, prepararlas de modo que se escuchen las mejores en los próximos minutos, y entonces, preparada para escribir, explotar en mil palabras.
Ya han sido varias las veces que he mencionado mi miedo por perder a la gente que quiero, y bien, ahora quiero decir que ese miedo se ha reducido bastante. No es que me haya hecho fuerte, ni que se haya ido así como así, sino que el miedo por perder a la gente que quiero no puede existir sin esas personas. Y es eso, que poco a poco he ido y seguiré perdiendo todo eso que hace que me sienta especial, iré quedándome sin esa gente que para mi es lo mejor.
Dicen que hay preguntas sin respuesta, y yo tengo muchísimas, pero una de ellas es: ¿Por qué la gente que se supone que me quiere se aleja de mi? Hay algunas que se marchan sin remedio, sin querer, como mi pequeño, pero sin embargo hay otras personas que me prometieron un mundo, que me dijeron que nunca se irían, y hoy ya no están a mi lado. De ello he sacado una conclusión: puede que no tuvieran ese mundo para mi, o que no me quisieran tanto como decían, que yo no fuese al fin y al cabo tan especial o tan única como para querer quedarse conmigo durante ese siempre que decían.
Otra cosa que he mencionado algunas veces es esa coraza que se ha creado alrededor mía. Pues bien, ya es de al menos tres metros de hormigón armado. Indestructible. Está compuesta de promesas incumplidas, de futuros que quedarán pendientes, de fechas que en su día fueron importantes y de "te quiero" que quedaron en el aire.
Quiero concluír diciendo que hay cosas que por mucho que yo intentara reconstruir, sin ayuda no pude. Que de nada sirve amar sin ser amado. Que lo que no se valora se pierde. Que si no se cuida lo que se quiere, se pierde y si no se lucha para no perderlo es porque no se quiere tanto. Que hay libros que ya han quedado cerrados y no se volverán a abrir nunca, y historias que han muerto totalmente, sin posibilidad de recuperarlas.
Que todo termina con un punto y final, y ese ya está escrito.

miércoles, 18 de junio de 2014

¿Cómo se olvida todo eso?

De darlo todo, de amar con todas tus fuerzas, de hacer todo lo posible para intentar verle sonreír, de ser lo más feliz a su lado, de dejar de pensar en todo lo demás estando cerca suya..
De todo eso a no tener nada. Y dime: ¿Cómo hacen las niñas de hoy en día para amar a dos personas diferentes en cuestión de una semana? O mejor, explícame cómo olvidar a una persona que te lo ha dado todo, que te ha querido como a nadie, que te ha hecho lo más importante de su vida, por encima de todo lo demás.. ¿Cómo se hace eso?
Es increíble como aun roto en mil pedazos, el corazón sigue latiendo y todavía le quedan fuerzas para querer aferrarse a una vida llena de altibajos.