miércoles, 13 de agosto de 2014

Dos años sin el pequeño.

13 de agosto. Ya han pasado dos años desde que el pequeño se fue, y la verdad, no han sido nada fáciles. Todo ha cambiado bastante desde que no está, y no para bien, seguro que a él no le gustaría ver cómo ha cambiado todo. Se puede decir que en estos dos años no he aceptado que se fue, pero si que he aprendido a no aceptarlo, a vivir con ello.
Le echo tantísimo de menos.. Sólo él ha sabido ser un hermano pequeño sin serlo realmente, y quererme como tal. Se me llenan los ojos de lágrimas al recordar todo lo vivido a su lado, todas las risas, todos los buenos momentos.. Tengo bastante claro que nunca voy a olvidar nada, desde sus cabreos cuando le hacía rabiar o le ganaba a la maquinita, hasta su risa sin fin cuando le hacía cosquillas..
He de decir que este pequeño ha sido lo mejor que he tenido en la vida, y que nunca habrá nada ni nadie de esa magnitud. Quiero, de nuevo, agradecerle, o intentar agradecerle todo lo que he aprendido de él, que para tener sólo ocho años, ocho años eternos, no ha sido poco. De él he aprendido cosas como sonreír ante todo, vivir cada día como si fuese el último, ponerle ganas a cada día, afrontar cada problema como si fuese diminuto, por muy grande que sea.. He visto como de su pequeña boquita salían consejos de viejo sabio, siendo un mocoso, y cómo al seguir esos consejos todo iba bien. Y he aprendido que hay que ser fuerte y valiente ante todas las circunstancias.
Por otro lado, he aprendido a correr un poco más, a pisar el gas a fondo, a no frenar nunca. A rescatar princesas de castillos virtuales, a saltar por encima de ladrillos y tortugas, y a disparar fuego. A adelantar a los contrincantes como si me fuera la vida en ello, y a derrapar.
Lo más valioso, es que él también me ha enseñado que la familia es lo más grande, lo más importante, que un beso y un "te quiero mucho" pueden marcar a alguien para siempre, y que una sonrisa vale más que cualquier tesoro, siendo él lo más valioso por no parar de sonreír y hacer que yo sonría.
Nunca dejará de ser mi pequeño, a quien se lo consentía todo, mi mocoso, mi gordito, mi príncipe valiente.. Mi hermano.. Él sabe que siempre ha sido y será lo mejor que he tenido. Desde siempre y para siempre. Te quiero hermano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario